Saturday 5 November 2016

San Lucas, cap. 16, vers. 9 al 15

Lectura del sábado 4 de noviembre de 2016. No puedo decir que es extraña, porque sería decir que Jesús es alguien extraño y ajeno para mí. Pero me llama la atención.
Lucas 16, 9-15

UBICACIÓN EN LAS DIFERENTES BIBLIAS

La biblia del peregrino, de Luís Alonso Schökel, ubica esta lectura dentro de la que llama "La parábola del administrador" (16, 1-13) y dentro de otro párrafo intitulado "La ley y la buena noticia".
La biblia del pueblo de Dios ubica la lectura de hoy bajo dos títulos: "El buen uso del dinero" (versículos 9-12) y "Dios y las riquezas" (13-15).
La biblia 'Latinoamericana' ubica este pasaje dentro de otro más extenso, bajo el título "El administrador astuto".
La Nueva Biblia de Jerusalén (NBJ) ubica el pasaje bajo dos títulos: "Buen uso de las riquezas" (versículos 9 al 13) y "Contra los fariseos, amigos de las riquezas" (14 y 15).
La Sagrada Biblia, traducida por Torres Amat ubica este pasaje junto a otros bajo el título "Varias parábolas y avisos".
La Santa Biblia, traducida por Mons. Straubinger ubica este pasaje bajo el título "Parábola del administrador infiel" (16, 1-13) y "La hipocresía de los fariseos" (16, 14-18).

TEXTO

Comienza dando un mandamiento, explicándolo inmediatamente. A continuación hace una reflexión y como un examen de conciencia. Por último, una afirmación -en realidad, una negación-. Aparecen en escena los fariseos y les dirige unas palabras.
«Et ego vobis dico:»
Es como una conclusión de la parábola que venía contando. Y (así) Yo os digo ("a vosotros" agrega Torres Amat, que procura traducir la vulgata palabra por palabra). La NBJ vierte: "Así que os digo:". La latinoamericana: "Por eso les digo".
«Facite vobis amicos de mammona iniquitatis»
Granjeaos -o haceos- amigos por medio de la inicua riqueza (o "de la riqueza, manantial de iniquidad", o "del dinero injusto"). De la iniquidad de mammón. Esto puede entenderse también: haceos amigos mediante la limosna. "Utilicen el sucio dinero para hacerse amigos", vierte la latinoamericana.

Mammona, en español "Mammón" y en italiano "Mammona", se señala como una personificación de la avaricia, o de la riqueza (mal habida). Mammón alude, según otros intérpretes, al demonio o a un demonio. Santa Francisca Romana -según Wikipedia-, en sus visiones del infierno, dice que los tres demonios más importantes que obedecen a Lucifer son tres: Asmodeo (que suscita el vicio de la carne), Mammón (que representa el vicio de la avaricia) y Belzebú (el jefe de toda la idolatría y de la actividad oculta).

Se lo ha comparado con el dios griego Hades y Plutón. También se lo ha representado con la figura de un lobo, ya que estos animales, en un tiempo, eran asociados a la avaricia. Es uno de los tres animales que aparecen al principio de la Divina Comedia, de Dante Alighieri.
«ut, cum defecerit, recipiant vos in aeterna tabernacula.»
Para que, cuando ella -la riqueza, de la cual sacan para dar limosna- falte (o "cuando falleciereis", según traduce Torres Amat), os reciban (o "seáis recibidos" -por-) -aquellos pobres que recibieron tus limosnas- en las moradas eternas». O "eternos tabernáculos". "Viviendas eternas", vierte la Latinoamericana. Podríamos decir también "las carpas eternas".
«Qui fidelis est in minimo, et in maiori fidelis est;»
Quien fiel es en lo 'muy' poco o en lo insignificante, también en lo mucho es fiel. "Cosas sin importancia", traduce la Latinoamericana.
«et, qui in modico iniquus est, et in maiori iniquus est.»
Y quien en lo 'muy' poco o en lo módico, en lo pequeño, es injusto o inicuo, en lo mucho es injusto.
«Si ergo in iniquo mammona fideles non fuistis, quod verum est, quis credet vobis?»
Si, pues, no habéis sido fieles en la riqueza inicua (o en las falsas riquezas), ¿quién os confiará la verdadera? 
Et si in alieno fideles non fuistis, quod vestrum est, quis dabit vobis?
Y si en lo ajeno no habéis sido fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? (Ver nota)
«Nemo servus potest duobus dominis servire: aut enim unum odiet et alterum diliget, aut uni adhaerebit et alterum contemnet. Non potestis Deo servire et mammonae»
Ningún servidor (o criado) puede servir a dos amos, dueños o señores, porque odiará (o aborrecerá) al uno y amará al otro, o se adherirá (o se aficionará) al uno y despreciará (o no hará caso) al otro; no podéis servir a Dios y a Mammón (o a las riquezas)»
«Audiebant autem omnia haec pharisaei, qui erant avari, et deridebant illum.»
Los fariseos, amadores del dinero (avarientos), oían todo esto y se burlaban de Él. 
«Et ait illis: “Vos estis, qui iustificatis vos coram hominibus; Deus autem novit corda vestra, quia, quod hominibus altum est, abominatio est ante Deum.
Díjoles entonces: «Vosotros sois los que os hacéis pasar por justos a los ojos de los hombres (o "os vendéis por justos delante de los hombres", u "os justificáis delante de los hombres"), pero Dios conoce vuestros corazones. Porque -sucede a menudo que- lo que entre los hombres es (o 'parece') altamente estimado (o 'sublime a los ojos humanos), a los ojos de Dios es abominable». "Lo aborrece Dios" traduce la Latinoamericana.

COMENTARIOS

Mons. Straubinger señala que la enseñanza del VERSÍCULO 9: "...Os digo: granjeaos amigos por medio de la inicua riqueza para que, cuando ella falte, os reciban en las moradas eternas" concuerda con la de 11,40: "¡Insensatos! El que hizo lo exterior, ¿no hizo también lo interior? Por eso, dad de limosna el contenido, y todo para vosotros quedará puro". Por 'contenido' se entiende, explica el traductor citando a Pirot, lo que está dentro de las copas y platos. Es una de las grandes luces que da Jesús sobre el valor de la limosna.
Respecto al VERSÍCULO 10, dice Mons. Straubinger: 'En lo muy poco': he aquí una promesa llena de indecible suavidad, porque todos nos animamos a hacer lo 'muy poco', si es que queremos. Y Él promete que este poquísimo se convertirá en mucho, como diciendo: No le importa a mi Padre la cantidad de lo que hacéis, sino el espíritu con que obráis (Prov. 4, 23). Si sabéis ser niños y os contentáis con ser pequeños (Mt. 18, 1 ss.), Él se encargará de haceros gigantes, puesto que la santidad es un don de su Espíritu (1 Tes. 4, 8 y nota). De aquí sacó Santa Teresa de Lisieux su técnica de preferir y recomendar las virtudes pequeñas más que las "grandes" en las cuales fácilmente se infiltra, o la falaz presunción, como dice Kempis, que luego falla como la de Pedro (Juan 13,37 ss.), o la satisfacción venosa del amor propio, como en el fariseo que Jesús nos presenta (Lucas 18,9 ss.), cuya soberbia, notémoslo bien, no consistía en cosas temporales, riquezas o mando, sino en el orden espiritual, en pretender que poseía las virtudes.
VERSÍCULO 12: 'Lo ajeno' son los bienes temporales, pues pertenecen a Dios, que los creó (Salmo 23, 1 ss.; 49, 12), y los tenemos solamente en préstamo; porque Él, al dárnoslos, no se desprendió de su dominio, y nos los dio para que con ellos nos ganásemos 'lo nuestro', es decir, los espirituales y eternos (versículo 9), únicos que el Padre Celestial nos entrega como propios. Para la adquisición de esta fortuna nuestra, influye grandemente, como aquí enseña Jesús, el empleo que hacemos de aquel préstamo ajeno.
VERSÍCULO 15: 'Abominable'. "Tumba del humanismo" ha sido llamada esta sentencia de irreparable divorcio entre Cristo y los valores mundanos. Cf. I Cor., capítulos 1 al 3.

COMENTARIO GENERAL

Este pasaje se puede entender de muchas maneras. Por eso es rica. Aunque también, algunos puedan caer en una interpretación errónea.

La biblia Latinoamericana nos dice que no somos propietarios, sino mayordomos de "nuestros bienes" (las comillas son mías). El dinero, las riquezas, no pueden integrarse a la persona, por eso no forman parte de los bienes que son realmente nuestros. En todo caso, puede volverse un peligro, haciéndole creer a uno todopoderoso y dueño y señor de la verdad.

Se ha interpretado este texto, también, de la siguiente manera: haceos amigos mediante la limosna con los bienes del mundo (el mundo entendido en el sentido negativo con que lo presenta el evangelio). Dad limosna a los pobres y reza por las almas del purgatorio, para que cuando mueras y ya no tengas poder sobre esos bienes mundanos, te reciban en el Cielo esos pobres a los que ayudaste: los de la tierra y las almas del purgatorio.

Nos dice también que tengamos cuidado con los bienes del mundo. No sea cosa que nos dominen, haciéndonos creer dueños y señores de los demás, incluso de la verdad. Los hombres ven lo exterior, pero Dios ve lo interior.

No se trata aquí de hacer el bien consiguiendo dinero injustamente. Eso sería hacer lo que haría Robin Hood o el Gauchito Gil. 

No comments: