Wednesday 23 November 2016

Catecismo de Juan Pablo II - Primer artículo

Dios, infinitamente perfecto y bienaventurado en sí mismo, en un designio de pura bondad, creó libremente al hombre para hacerle partícipe de su vida bienaventurada. Por eso, en todo tiempo y lugar, está cerca del hombre. Lo llama y lo ayuda a buscarlo, a conocerlo y a amarlo con todas sus fuerzas. Convoca a todos los hombres, que el pecado dispersó, a la unidad de su familia, la Iglesia. Lo hace mediante su Hijo que envió como Redentor y Salvador al llegar la plenitud de los tiempos. En Él y por Él, llama a los hombres a ser, en el Espíritu Santo, sus hijos de adopción, y por tanto los herederos de su vida bienaventurada.

Notas

"En un designio de pura bondad" -nos creó-. Es decir, por puro amor.

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